lunes, marzo 06, 2006

Conversaciones

Hoy he sido testigo de una de las conversaciones más tiernas y amorosas que jamás he contemplado. Pero ni he oido, ni les he entendido nada. Ahí lo excepcional y lo entrañable de la escena.

Una pareja joven: no más de 35 años. Él, sordomudo. Ella no. Desde que han entrado en el vagón no han parado de "charlar". Él sobre todo. No ha dejado de gesticular, de mover las manos, de pasarse la palma por la cara, o señalarse los dedos, en ese curioso lenguaje que es el de los signos, durante las 5 o 6 paradas que les he acompañado. Ella, con esa mirada característica de enamorada, iba abrazada a la barra del vagón, con una carpeta entre los brazos. Le miraba, con los ojos como platos, sin dejar de sonreir. De vez en cuando asentia con la cabeza, o le respondia con un escueto movimiento de manos. Él seguía gesticulando. Se reia, la miraba, volvía a gesticular. En un instante, se reian los dos, todo se paraba, él se acercaba, la abrazaba, la besaba, y volvía a empezar con su ritual de gestos.

Y ahí estaba yo, delante de ellos, agarrado a la misma barra y sin querer mirar. En el reflejo del cristal, mi cara de embobado. Cómo un niño que comtempla un escaparate lleno de dulces: totalemnte sorprendido por el aluvion de cariño y amor de una pareja enamorada.

El metro, a veces, te regala escenas como esta, que te dan ganas de seguir y esperanzas para pensar que aún no esta todo perdido en esta sociedad.

Mañana más.

Un saludo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, niño, hacia tiempo que no te escribia aqui en el blog, pero esta entrada lo merece, lo siento pero indiferente no me ha dejado, pocas palabras, que decir la verdad, simplemente, salen las siguientes: ohhh que bonito y que envidia sana!!!, jeje.
bss, ciao.

Anónimo dijo...

Qué bonito *^^*

Anónimo dijo...

Lástima que, como dijo Sabina, el amor eterno solamente dure tres años.

Mariano dijo...

Sabina, y la ciencia. Según un ultimo estudio, las endorfinas generadas por el efecto del enamoramiento solo duran entre año y medio y dos años. Son sustituidas paulativamente por hormonas "del cariño". Si para cuando el efecto de las endomorfinas ha desaparecido, no tienes suficientes hormonas cariñosas (:D), todo se pierde. Pero eso es ciencia y luego otra cosa muy diferente es la realidad, ¿no? El amor verdadero sera para siempre, con hormonas o sin ellas. O eso esperamos todos. Me encanta Sabina, pero, aunque engañe a la ciencia, espero encontrar un amor que dure más de tres años, :D. O por lo menos, ofrecer cariño sin fecha de caducidad. Un saludo.

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